¿Los veterinarios no creen en Dios? ¡Ja! Te cuento la verdad…

¿Los veterinarios no creen en Dios? ¡Ja! Te cuento la verdad…

Hay una creencia curiosa que he escuchado más de una vez: “Los médicos veterinarios no creen en Dios”. ¿Por qué? Porque no vamos a misa todos los domingos, porque pasamos más tiempo con animales que con humanos, y porque nuestra bata blanca parece más científica que espiritual.

Pero déjame contarte algo: si hay una profesión que habla con Dios todos los días, es esta.

🙌 La fe del veterinario no se mide en misas

No necesito estar bajo una cúpula para hablar con Dios. Lo hago cada vez que tengo un paciente en mis manos. Y no, no me refiero a los que ladran, maúllan o chillan… me refiero a esos seres que no pueden decirme qué les duele, que no pueden explicar si el medicamento les cayó mal o si la cirugía les asusta.


Cada día, antes de aplicar una vacuna, le pido a Dios que no se parta la aguja, que no haya reacción adversa, que el medicamento no cause daño, que la cirugía no se complique. Es una conversación constante, silenciosa, pero muy real.

🧪 Ciencia con conciencia y con fe

Ser veterinario es mezclar ciencia con intuición, técnica con compasión, y sí… también con fe. Porque cuando un paciente no habla, uno escucha con el alma. Y cuando el alma está involucrada, Dios está presente.

😂 Y para cerrar, una oración con humor pero con corazón

 "Señor, tú que todo lo ves, ayúdame a ver lo que mi paciente no puede decir. Que la vacuna no cause drama, que la aguja no se parta como corazón de ex que el medicamento no sea más fuerte que el paciente y que en la cirugía no haya sustos dignos de telenovela. Aunque no pise iglesia cada domingo, tú sabes que hablamos diario… especialmente cuando el gato me muerde y el perro me ladra. Amén y que no falte el café."